Vicente Rojo

1894 /// 1966
Militar

UN GENERAL INCOMPRENDIDO

JUAN SANCHIS

Editor de la web de LAS PROVINCIAS

El general Vicente Rojo es uno de los máximos responsables de que la Guerra Civil española durara tres años. Su gran capacidad de organización y sentido estratégico permitieron a la República resistir. Consiguió integrar en pocos meses a una amalgama de milicianos armados, sin disciplina y muchas veces enfrentados entre ellos, en una estructura militar que en algunos momentos de la contienda fue capaz de llevar la iniciativa.

Vicent Rojo

Está todavía pendiente un trabajo historiográfico profundo y técnico, alejado de los vaivenes ideológicos que continúan marcando la historiografía sobre la Guerra Civil, para calibrar el papel de Rojo en la contienda. Si en un primer momento fue denostado por los vencedores, ahora el péndulo se ha movido al polo contrario. Algunos estudios actuales se refieren a él como el general que «humilló» a Franco, una afirmación que todavía necesita ser corroborada por las investigaciones.

Vicente Rojo, al igual que la mayor parte de sus contemporáneos, sirvió en África donde estuvo directamente a las órdenes del general Sanjurjo. Pero no se convirtió en un ‘africanista’ y no congenió con los militares que más tarde protagonizaron la sublevación.

Tras regresar a la península se incorpora como profesor en 1922 de la Academia de Infantería de Toledo donde permaneció hasta 1932 y fue uno de los redactores de los planes de estudios de las asignaturas de táctica, armamento y tiro para la Academia de Zaragoza. La guerra le sorprende trabajando en el Estado Mayor en Madrid.

Fue entonces cuando comenzó a forjarse su leyenda. Frenó a Mola ante Madrid; fue capaz de organizar, junto al general Miaja, la defensa de la capital de España e impedir que cayera a las pocas semanas de guerra; detuvo los ataques de las fuerzas nacionales en el Jarama y Guadalajara y diseñó la ofensiva de Brunete para aliviar la presión sobre Madrid y el frente norte.

En marzo de 1937 fue ascendido a coronel y nombrado Jefe del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas y en octubre de ese mismo año alcanzó el generalato. Diseñó la ofensiva sobre Teruel y se convirtió en el único general republicano que arrebató una capital de provincia a los rebeldes.

La mayor operación concebida y llevada a cabo por Rojo fue la batalla del Ebro, que sorprendió totalmente a las tropas franquistas. Aunque inicialmente consiguió importantes logros, fue el último estertor de la República.

Su lealtad a la República le acabó pasando factura. En cierta medida su trayectoria tiene cierto parecido con la del político valenciano Luis Lucia. Ambos eran convencidos católicos y permanecieron al lado del régimen. Su fidelidad les llevó a ser unos incomprendidos por ambos bandos y condenados al ostracismo.

Vicente Rojo tuvo que partir al exilio tras la guerra; primero a Francia y más tarde a Buenos Aires. Posteriormente, el Gobierno boliviano le ofrece impartir clases en la Escuela de Estado Mayor reconociéndole su título de general. Allí permaneció una década. Regresó a España en 1957 donde fue sometido a un proceso militar. Condenado a cadena perpetua, fue indultado, aunque permaneció totalmente inhabilitado hasta su fallecimiento. Pasó sus últimos años en Madrid enfermo, escribiendo y llevando una vida sin ninguna relevancia social.

  • Vicente Rojo Lluch (La Font de la Figuera, 8 de octubre de 1894 – Madrid, 14 de octubre de 1966).
  • Estudió en la Academia de Infantería de Toledo y luchó en África. Se casó con Teresa Fernández, con la que tuvo siete hijos. Fue profesor en la Academia de Toledo.
  • Durante la Guerra Civil se convirtió en el principal y más prestigioso militar de la República y alcanzó el generalato. Tras el conflicto, partió al exilio.
  • Volvió a España en 1957 y murió enfermo en Madrid en el ostracismo.