Política
EL CORAZÓN DE VALENCIA EN EL CAMBIO DE SIGLO
PACO MORENO
Todavía es pronto para enjuiciar la huella dejada por Rita Barberá en Valencia. Igual que aseguró David Cameron cuando le preguntaron por la película sobre Margaret Thatcher, deberá pasar más tiempo para ver con la perspectiva necesaria el efecto de la alcaldesa más singular, mediática y rompedora de moldes que ha tenido Valencia.

En los 24 años que acudió a diario a la alcaldía de Valencia, pisando el mosaico diseñado por su abuelo, como recordó en su despedida, el ‘cap i casal’ cambió por completo. Fue algo así como darle la vuelta a un calcetín, enseñar al mundo una ciudad desconocida.
Eso lo reconocen hasta los más detractores de su gestión, primero en coalición con Unión Valenciana y después con cinco mayorías absolutas consecutivas que le sirvieron para desarrollar una estrategia consistente en moldear la ciudad en buena parte gracias a la promoción internacional.
La Copa América de 2007 quedará para la historia como el evento que marcó un antes y después en Valencia. Igual que ocurrió con Ricard Pérez Casado y el jardín del Turia, Barberá necesitaba un trofeo en su vitrina particular y fue la Jarra de las Cien Guineas, a lo que después se añadió con desigual fortuna el Gran Premio de Fórmula 1.
Pero eso sería un reduccionismo excesivo a la hora de perfilar la figura de la alcaldesa de Valencia hasta junio de 2015. También hubo una especial preocupación por la recuperación del patrimonio histórico, con el Mercado de Colón en primer lugar y después una desmedida inversión para recuperar la Tabacalera como una extensión de la sede del Consistorio. Faltarían páginas para detallar todas las intervenciones que aprobó, aunque si hay que elegir, muchos se quedarían con los grandes jardines en los nuevos barrios, como Marxalenes, Orriols y Cortes Valencianas. También la rehabilitación del Palacio de Cervelló, el Almudín y la discutida plaza de la Almoina.
Pero no hay grandes personajes sin sombras y en sus mandatos hubo algunas. La más alargada por el tiempo que se mantuvo, prácticamente desde el primer día hasta el último, fue la frustrada prolongación de la avenida Blasco Ibáñez a través del Cabanyal. Un pulso en toda regla con los movimientos de izquierda, políticos, culturales y vecinales, que la vencieron en su empeño por una razón externa a ellos: una parte del Partido Popular no la apoyó en este asunto.
De otra manera no se explican las trabas del Ministerio de Cultura a desarrollar el plan urbanístico. La presión constante de la opinión pública supuso una sangría de esfuerzo y recursos del gobierno municipal (medio millar de inmuebles para ser derribados) que al final no tuvieron éxito.
Otra de las sombras en sus mandatos fue el parón que impuso el Ministerio de Fomento al proyecto del Parque Central, donde la crisis atenazó cualquier posibilidad de que se encargaran las obras ferroviarias pendientes tras la llegada de la línea de alta velocidad.
Sí que logró iniciar el ajardinamiento de la primera fase, la que recae al barrio de Ruzafa, gracias a las aportaciones del resto de socios del Parque Central y a un préstamo avalado por las tres instituciones. La historia del gran pulmón verde, cuando esté acabado, le reservará las primeras líneas como impulsora de un proyecto decisivo.
Veinticuatro años dan para mucho más, como la recuperación de la EMT, salvándola prácticamente de la quiebra, así como la construcción del Palacio de Congresos y la ampliación del Palau de la Música, por citar otros dos apuntes. También el jardín del Turia tal y como hoy lo conocemos, con la urbanización de varios tramos y la reforma del resto. Su paso por la historia de la ciudad podría resumirse con la frase que dijo el día de su despedida en el Ayuntamiento: «Me voy tras poner a Valencia en el mapa». Su récord de votos en unas elecciones municipales así lo avala.
- Rita Barberá Nolla (Valencia, 16 de julio de 1948).
- Licenciada en Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales por la Universitat de València. Estudios de Periodismo por la Complutense.
- Cofundadora de Alianza Popular en Valencia, desde 1983 fue diputada autonómica. Llegó ser candidata a la Generalitat en 1987.
- Elegida alcaldesa de Valencia en 1991 gracias al pacto con Unión Valenciana. Se mantuvo en el cargo con mayorías absolutas hasta 2015 y después fue nombrada senadora territorial.