Ricardo Samper

1881 /// 1938
Político y abogado

DE ALCALDE A PRESIDENTE DEL GOBIERNO

JAVIER MARTÍNEZ

Redactor de Local de LAS PROVINCIAS

La honradez, la libertad y la justicia fueron los principios en los que basó su vida. A los cuatro años ya decía que quería ser ministro, según relata Elena Enguix en un libro que publicó en memoria de su abuelo. Ricardo Samper Ibáñez es uno de los prohombres valencianos más insignes por su brillante trayectoria política. Comenzó como concejal del Ayuntamiento de Valencia en 1911 y llegó a presidir el Gobierno en la II República.

Samper fue alcalde de su ciudad, presidente honorario de la Diputación Provincial de Valencia y ministro de Estado, Industria y Comercio. Durante la dictadura de Primo de Rivera se alejó de la política y se dedicó exclusivamente a la abogacía.

También perteneció varias veces a la junta de gobierno del Colegio de Abogados de Valencia y presidió importantes entidades, como el Ateneo Mercantil o la Casa de la Democracia de Valencia. El 2 de febrero de 1980, el Gobierno socialista le dedicó una calle en su ciudad con el nombre Diputado Ricardo Samper. «Jamás olvidó a Valencia», afirma su nieta al referirse a los altos cargos que desempeñó su abuelo a nivel nacional. Con un gran sentido del deber, Samper actuaba siempre por encima de cualquier partidismo. Este insigne valenciano impulsó la línea marítima Valencia-Mallorca, consiguió la creación de la Confederación Hidrográfica del Júcar, puso en marcha varias obras de pavimentación y alcantarillado en la ciudad y amplió el ferrocarril entre Valencia y Madrid. Estas mejoras crearon muchos puestos de trabajo en tiempos difíciles. Samper reivindicó la propiedad municipal de la dehesa de la Albufera y promovió las obras del puerto y las exportaciones de cítricos.

Está considerado como el primer europeísta valenciano, después de que fuera pionero en plantear la necesidad de una estructura económica y política común en Europa. Mientras la ciudad de Valencia crecía hacia el ensanche de Ruzafa y traspasaba el cauce del río Turia, los valencianos comenzaban a hacerse más modernos y cosmopolitas. Del Ateneo Mercantil de Valencia nació luego, cuando era presidente Ricardo Samper, el primer movimiento europeísta.

Tras leer gran cantidad de documentos con disparidad de criterios sobre las decisiones políticas de su abuelo, Elena Enguix afirma en su libro que nunca ha encontrado ninguna alusión que menoscabe «su dignidad, coherencia y honradez». Gracias a Samper aún podemos admirar un espléndido artesonado en el salón del Consulado del Mar en la Lonja de Valencia, ya que impidió que lo vendieran como leña cuando desmantelaron la sala Dorada del antiguo ayuntamiento.

Era un brillante orador y expedito con la pluma. Sus discursos y artículos se comentaban y reproducían en diferentes periódicos. Era también un político austero, responsable y apaciguador. Prueba de ello es una anécdota que nos cuenta su nieta. Sucedió en los Jardines de Viveros durante un encuentro casual con la cantante María Llácer. Samper arrancó una flor y se la dio a la artista. Un vigilante municipal vio la acción y lo multó, y entonces la cantante le dijo que acababa de multar al alcalde de Valencia. «El guardia del parque le pidió disculpas, pero mi abuelo le dijo que había cumplido con su deber. Pagó la multa y le dio una gratificación», explica Enguix.

Al estallar la Guerra Civil, este ilustre valenciano, incomprendido por unos y olvidado por otros, abandonó nuestro país. Tras una larga odisea, la tuberculosis acabó con su vida en el sanatorio suizo de Leysin. Muchos años después de su muerte en el exilio, la familia consiguió en el año 1951 permiso para repatriar sus restos a Valencia.

  • Ricardo Samper Ibáñez (Valencia, 25 de agosto de 1881 – Leysin, 27 de octubre de 1938).
  • Abogado vocacional que entró en política en 1911 y presidió el Gobierno de España durante la II República, en el año 1934.
  • Presidente honorario de la Diputación de Valencia, alcalde e hijo predilecto de Valencia.
  • Perteneció varias veces a la junta de gobierno del Colegio de Abogados de Valencia y desempeñó los cargos de secretario y tesorero.