Miguel Hernández

1910 /// 1942
Poeta

EL COMPROMISO Y LA REBELDÍA

ANDONITORRES

Jefe de la sección de Cierre de LAS PROVINCIAS

No pudieron cerrar sus ojos cuando murió, como no consiguieron quebrar sus ideas ni silenciar su poesía. Miguel Hernández falleció el 28 de marzo de 1942 en la enfermería del penal de Alicante. El personal de la prisión se negó a amortajar el cadáver consumido por la tuberculosis. Sus propios amigos tuvieron que hacerlo. El modesto ataúd fue trasladado a hombros a través del patio de la cárcel. Sus compañeros de encierro desfilaron ante él en silencioso duelo. Fue enterrado en el nicho 1009 del cementerio alicantino; primero, sin lápida; después, con un simple epitafio: Poeta.

Su trayectoria vital arranca 31 años antes en su Orihuela natal. De familia modesta, su padre le obliga a dejar los estudios para pastorear cabras. Miguel Hernández ya ha destacado por un innato y extraordinario talento y sus nuevas obligaciones no le hacen olvidar su avidez de conocimiento. El joven se inicia en la obra de los grandes literatos. El germen de la poesía cala en el autor oriolano. Su obra primera, de orientación clasicista, le genera cierta fama. Viaja a Madrid con la ambición de abrirse camino como escritor. Entabla amistad con Alberti, Cernuda, Altolaguirre… Aleixandre y Neruda lo inician en el surrealismo y le empujan hacia la literatura comprometida.

Son conocidos sus encontronazos epistolares con García Lorca tras la publicación de su primer libro, ‘Perito en lunas’. El joven e impaciente Hernández requiere al poeta granadino un apoyo decidido a la divulgación de su trabajo. Lorca, ya consagrado, le aconseja que tenga paciencia, algo que enfurece al oriolano, quien le envía nuevas misivas en tono insultante. Lorca acabaría por ignorarle y esquivar su compañía.

Con el estallido de la Guerra Civil, Hernández toma partido entusiasta y lucha en el frente por la República. En 1937 se casa con Josefina Manresa. Su primer hijo fallece en otoño de 1938 con tan sólo diez meses. «Murió con los ojos abiertos como dos golondrinas», lloró el poeta.

Acabada la guerra, intenta huir a Portugal, pero es detenido y enviado a prisión. Inesperadamente liberado, el amor le guía hasta Orihuela en busca de su esposa y su hijo. Encarcelado de nuevo, juzgado y sentenciado a muerte, la pena le será conmutada por 30 años de prisión. Empieza un penoso cautiverio. Un periplo desgarrador. En una cárcel de Madrid coincide con Buero Vallejo. Miguel Hernández anhela ver a su mujer y su hijo, pero teme que éste no le reconozca tras meses de ausencia. Pide a Buero que le haga un retrato para el pequeño. El dramaturgo dibuja a lápiz la conocida imagen del poeta, quien se la envía a Josefina con el encargo de que se la enseñe al niño todos los días.

Desanimado y vencido, enferma gravemente. En 1941 lo trasladan a la cárcel de Alicante. Padece tuberculosis, pero le niegan el ingreso en un sanatorio. Su prematuro fallecimiento truncó una de las trayectorias más brillantes de la literatura española. Sus poemas hablan del amor, la guerra, la injusticia y la muerte, temas que experimentó en sus propias carnes con intensidad. Los trágicos acontecimientos ocurridos durante su corta vida inspiran su obra: la muerte de su gran amigo, la guerra, el fallecimiento de su primer hijo, la ausencia de la esposa, la cárcel y la cruel enfermedad. Se negó a renunciar a sus principios. Murió joven y enfermo en prisión tras una existencia azarosa. El silencio de su creación durante el franquismo alimentó el mito del gran poeta que fue. No puede ser considerado, sin embargo, un autor malogrado, ya que dejó un valioso trabajo cargado de intenso lirismo.

Su dominio de la palabra y la sintaxis, su estilo auténtico e intimista ha influenciado a posteriores autores. Su obra se ha popularizado en la voz de Serrat, Víctor Jara o Paco Ibáñez. ‘Nanas de la cebolla’, ‘Elegía a Ramón Sijé’ o ‘Llegó con tres heridas’ se convirtieron en verdaderos himnos de libertad, legado vivo de un poeta imprescindible.

  • Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942).
  • Abandona pronto la escuela para trabajar como pastor de cabras y, de carácter autodidacta, se inicia en la literatura.
  • Su poesía transita desde el clasicismo religioso en su juventud al compromiso social y político de la madurez.
  • Lucha en la Guerra Civil en el bando republicano. Muere en la cárcel a los 31 años de edad.