Manuel Granero

1902 /// 1922
Torero

COMETA FUGAZ EN LA EDAD DE ORO

JOSEP-VICENT SINISTERRA

Catedrático de la UCM. Miembro de ASABAF y de la peña Los de José y Juan

La Edad de Oro del toreo está dominada por dos soles: Joselito y Belmonte. Junto a ellos apareció como un cometa esplendoroso el torero valenciano Manuel Granero. Su aparición llevó a la afición valenciana a las más altas cotas de entusiasmo como no se conocía desde Fabrilo. En el fondo y en la forma Granero pertenece todavía a la Edad de Oro. Influido sin duda por el arte y la técnica de José y de Juan, que asimiló como pudo, sin elaboración personal, por falta de tiempo. No tuvo la ciencia y el mando de Joselito ni la hondura de Juan.

Dicen que el tiempo todo lo amortigua y lo borra, y así ha pasado con el recuerdo de su preponderancia en el toreo y de su tauromaquia que va desapareciendo de la memoria de las nuevas generaciones de aficionados. Pero Valencia tiene memoria y aún hoy hay flores frescas cada día en la tumba de Granero en el cementerio de la ciudad. Yo querría que estas humildes palabras fueran como nuevas flores que ayudasen a mantener vivo el recuerdo y la admiración por uno de los mejores toreros de la historia, Manuel Granero i Valls.

Para conocer al torero, extraigo algunos comentarios que Manuel Granero hizo al periodista El Caballero Audaz: «De niño, no recuerdo sino que hacía novillos en el colegio, para jugar al toro con los amigos. Por cierto que la primera vez que fui a una corrida con mi familia, mi padre me dijo: ‘‘Yo quiero que mi niño sea un torero como Bombita’’. Poco después, de muy pequeño, 12 años, me tiré a la plaza de Valencia y lanceé con el babero del cole. Mi padre ante aquella situación cambió de opinión y me puso un profesor de violín, así que de no haber sido torero yo sería violinista. Gracias a mi tío y a mi voluntad logré vencer la resistencia de mi padre. En mí, el toreo es un sueño y vivo para mi arte. Todas las suertes tienen su encanto. Lo principal es que haya toros. Yo banderilleo por los dos lados; pero sólo en los toros que se arrancan bien me gusta hacerlo. Lo más difícil es el momento de matar, de irse sobre el bicho. El pase natural es el más difícil y el más expuesto. Para castigar al toro no hay nada como la trinchera. Lo importante es apoderarse del toro en los cuatro primeros muletazos. En esto Joselito era muy grande. Yo tenía por Joselito una admiración extraordinaria que estuvo a punto de quitarme de torero. Respecto a mi vida como torero sólo pienso estar entre 10 y 12 años, no quiere aburrir al público».

La temporada de 1921 toreó 94 corridas. Levantar tanto revuelo y torear tantas corridas, ni el mismo Joselito lo consiguió en su primer año de alternativa. Así llegamos al fatídico 7 de abril de 1922 en Madrid, donde el quinto toro, ‘Pocapena’, acabó con la vida de Granero y con todas las ilusiones. La tragedia de su muerte forjó alrededor de Granero ese halo legendario que contribuyó definitivamente a equipararle con Joselito.

Granero fue un torero completo, que prometía ser una figura de su época. De los que sucedieron a Joselito, era el que más se le parecía, por la pureza de su arte y su repertorio brillante y repleto. Su pase con la mano derecha vibraba sólido y magnífico.

  • Manuel Granero i Valls (Valencia, 4 de abril de 1902 – Madrid, 7 de mayo de 1922).
  • Nacido en la calle San Antonio, en pleno barrio del Pilar, pronto despuntó para torero. Sin embargo, grandes leyendas de la pilota también vieron en él una futura figura. La insistencia de su tío le llevó definitivamente a los ruedos.
  • Alternativa en Sevilla, con El Gallo como padrino. Primera corrida en Valencia como matador de toros, el 10 de octubre de 1920. Confirmación de alternativa en Madrid, apadrinado por Chiculeo.
  • Última Corrida de toros en Madrid, alternando con De la Rosa y Marcial Lalanda. ‘Pocapena’, de la ganadería del Duque de Veragua, acabó con su vida. Sumó 117 corridas de toros, 43 con Juan Belmonte y 17 con Rafael El Gallo.