Julio Aparici, ‘Fabrilo’

1865 /// 1897
Torero

LEYENDA Y ROMANCES DE UN VALIENTE

MARCOS GARCÍA ORTIZ

Profesor de Griego del IES José Rodrigo Botet de Manises y miembro de ASABAF. Autor del libro ‘Julio Aparici, ‘Fabrilo’. Un rasgo de valor’

Fabrilo representa un eslabón fundamental en la tauromaquia valenciana. Fue el primer torero que logró alcanzar la madurez de todo el toreo valenciano anterior que se reducía a un puñado de valientes novilleros y banderilleros de limitado recorrido, dando paso a nuevos diestros de acreditado mérito.

Su toreo se basó en un valor seco y temerario con destellos hacia una incipiente estética. Su capote priorizaba la eficacia en los quites, en un primer tercio que exigía intervenciones oportunas por la ausencia de protección de los caballos. Poderoso con las banderillas e irregular con la muleta, imprimía a sus estocadas el sello del valor y la entrega.

Tras un duro aprendizaje por las capeas pueblerinas, debutó en Valencia y desde 1886 empezó a ser un habitual en los carteles. De novillero entusiasmó a sus paisanos y tomó la alternativa en 1888, inmediatamente antes de viajar a Cuba, donde había contratado la campaña invernal. Vuelto a España, Frascuelo le confirmó la alternativa en Madrid y en los dos años siguientes su trayectoria sufrió un bache. Pero a partir de 1892 su nombre recobró nuevos bríos y durante las siguientes cuatro temporadas toreó un buen número de corridas, forjándose un nombre como torero valiente.

Al margen de su trayectoria profesional, en Fabrilo tenemos un antecedente de lo que posteriormente se llamó torero mediático. En 1895 su vida privada pasó a ser la comidilla de los mentideros sociales de Valencia. Ese año había contraído matrimonio con una modesta muchacha, Pilar Teruel, y poco después se le relacionó con una joven aristócrata, hija de los marqueses de Fuente el Sol. El pueblo chismorreaba y parte del público le dio la espalda por haber burlado a la esposa pobre y honrada por una chica de distinguido linaje.

También las cogidas marcaron su trayectoria. Muy castigado por los toros, estuvo a punto de perder la vida en las plazas de Xàtiva y Gandia, antes de recibir la cogida mortal.

En 1897 su vida seguía siendo la comidilla de los círculos sociales valencianos, al tiempo que su cartel había descendido sensiblemente. Ese año había hecho tres paseíllos cuando el 27 de mayo se presentó en Valencia junto a Antonio Reverte para matar una corrida de Cámara. Durante el festejo Fabrilo iba ganando la partida hasta que salió el quinto toro, llamado ‘Lengüeto’, cárdeno, bragado, grande y con buenos pitones. El toro se mostró reservón en varas y cuando se cambió el tercio el público pidió, como era costumbre entonces, que los espadas banderilleasen. En un primer momento se negaron, pero por la insistencia de las protestas nuestro torero accedió; no así Reverte. Fabrilo citó, clavó un par algo caído y salió del embroque prendido por el muslo izquierdo. Trasladado a la enfermería, se le apreció una herida muy grave de 15 centímetros de profundidad. Por la noche fue llevado a su domicilio en la calle Guillem de Castro, pero la gravedad de la herida, la precariedad de los medios de la época y una peritonitis provocaron el fatal desenlace tres días después.

La épica de la tauromaquia, el afán de complacer al público y el trágico mes de mayo se dieron cita en este estandarte del toreo valenciano.

  • Julio Aparici Pascual, ‘Fabrilo’ (Ruzafa, 1 de noviembre de 1865 – Valencia, 30 de mayo de 1897).
  • Nacido en Ruzafa, municipio independiente hasta 1877, Fabrilo tomó la alternativa en Valencia en 1888, con Gordito como padrino. La confirmación le llegó en Madrid, en 1889, apadrinado por Frascuelo y con el miura ‘Neblino’.
  • Fue uno de los primeros toreros mediáticos, por un romance que se le atribuyó.
  • Su actividad como matador transcurrió entre 1888 y 1897. Toreó 161 corridas y mató 439 toros.