Tenista
LA LUCHA POR LA PERFECCIÓN
ANTONIO MARTÍNEZ CASCALES
Casi todos los grandes deportistas se caracterizan por ser muy ambiciosos. Ambición en busca de ser los mejores de su especialidad. Supongo que pasa en todos los ámbitos y no sólo en el deporte.
Juan Carlos Ferrero nunca fue especialmente ambicioso, sino perfeccionista. Siempre quiso ganar, sí, pero siempre buscando mejorar más y más, buscando mejorar la excelencia en su juego.

Desde siempre ha sido un tenista inconformista, con una alta exigencia en la pista y capacidad para sufrir en busca de cumplir sus objetivos. Se ha dicho que ha sufrido demasiadas lesiones y es cierto. Sin embargo, quiero destacar que esto, más que un defecto, se debe a una virtud. No se lesionaba por una mala condición física, sino por lo que los doctores entienden como un alto umbral de tolerancia del dolor. A causa de ello, ha aguantado entrenándose o en algún torneo cuando tenía ciertos problemas físicos que posteriormente se han agravado.
Ser número uno en cualquier deporte es extremadamente difícil, pero en el tenis sólo está al alcance de gente con un carácter de acero y una determinación absoluta. El talento y el trabajo se unieron para producir un tenista excepcional como Juan Carlos Ferrero. Y un hecho excepcional hasta ese momento: ser tenista profesional formándose exclusivamente en la Comunitat Valenciana y encima llegar a ser número 1 del mundo.
Tres Copas Davis, tres finales de Grand Slam, Roland Garros, cuatro Masters 1.000 -Roma, dos veces, Montecarlo y Madrid-, Barcelona, Dubái, Buenos Aires, Hong Kong… Premio Nacional del Deporte en el 2003 (el único valenciano en conseguirlo hasta ahora), Medalla de Oro al Mérito Deportivo (premio Don Felipe de Borbón al Mejor Deportista Nacional), Medalla de Oro de la Juventud de la República Francesa, Medalla de Oro de la Generalitat Valenciana al Mérito Deportivo y Premio al Mérito Deportivo de la ciudad de Valencia a la trayectoria deportiva más destacada.
Todo ello lo ha conseguido en el inicio del siglo XXI, donde ha tenido que pujar con grandes raquetas, hoy reconocidas como leyendas de este deporte, como Gustavo Kuerten, Lleyton Hewitt, Carlos Moyà, Andre Agassi, Marat Safin, Roger Federer…
Juan Carlos Ferrero ha llevado el nombre de Valencia por todo el mundo, queriendo profundamente a su tierra. Ejemplo es que casi todo lo que ha ganado lo ha invertido aquí, creando riqueza en la Comunitat Valenciana: Una de las mejores academias del mundo (JC Ferrero-Equelite Sports Academy), uno de los hoteles más bonitos de España (Hotel Ferrero), trayendo un torneo del circuito mundial de tenis para Valencia (Valencia Open) y creando una fundación que ayuda a jóvenes tenistas y colabora con UNICEF, la Fundación Ferrero.
Personalmente, sólo puedo tener agradecimiento: él hizo que mis sueños se cumplieran. Además, quiero destacar un hecho prácticamente insólito entre los tenistas top: su fidelidad durante toda la carrera deportiva a un entrenador y al resto del ‘staff’ técnico.
Una curiosidad: nunca me dedicó desde la pista ninguna de las victorias conseguidas. Creo que él pensaba que yo, aunque de forma mínima, era parte de esa victoria; luego no era oportuno dedicármela. Sin embargo, me ha demostrado su cariño dándome un gran tesoro. No es el coche deportivo que me regaló, es haberme hecho padrino de su primera hija.
- Juan Carlos Ferrero Donat (Ontinyent, 12 de febrero de 1980).
- Destacó en el tenis y fue campeón de España y del mundo en alevines. Como júnior jugó la final de Roland Garros en 1997.
- Es el único tenista valenciano que ha alcanzado el número 1 en la clasificación de la ATP.
- Ganó tres veces la Copa Davis y 16 torneos del circuito, venció en 2003 en Roland Garros y jugó otras dos finales de Grand Slam: una también en París en 2004 y la del US Open de 2003.