Político y financiero
UNA BANCA FUERTE Y DE LA TIERRA
SALVADOR ENGUIX
Reconozco que llegué tarde a la figura de Ignasi Villalonga i Villalba. Su formidable vida y obra no formaron parte del contenido académico de los libros de texto de mi juventud. Y fue ya en la universidad cuando tuve conocimiento de la brillante trayectoria de un valenciano fundamental para entender la historia de la Comunitat en la primera mitad del siglo XX. De un hombre poliédrico y polifacético, que triunfó en las finanzas, que participó en la política hasta que la política le decepcionó, y que ayudó a sentar las bases de una conciencia nacional valenciana. Creo que fue a partir de la lectura de un libro de Alfons Cucó cuando comencé a descubrir al personaje. Primero en su activismo político, cuando era un joven acabado de doctorar en la Universidad de Deusto. Años en los que se concreta el perfil valencianista y conservador de Villalonga, un liberal contemporáneo, de toque anglosajón, alejado del lerrouxismo que abrazaron otros valencianos del momento, además de católico e ilustrado. Lo que explica que fuera fundador de la Unió Valencianista Regional, redactor de la Declaració Valencianista (1918), firmante de las Normes de Castelló (1932) y que, buen conocedor de la realidad del País Vasco y Cataluña (fue gobernador general de esta autonomía en 1935), quisiera colaborar en la construcción de un espacio político propio donde la lengua y la cultura valenciana fueran elementos fundamentales de cohesión social y política.

Se lo dijo un día Manuel Aznar: «Te entregarás a la banca y triunfarás, pero tu vocación principal es otra, tú eres político». La proclamación de la Segunda República y, posteriormente, la Guerra Civil, limitaron la pulsión política de Villalonga. Vale la pena recordar lo que él mismo dijo en un homenaje que le realizó el diario LAS PROVINCIAS en el año 1965: «Debo confesar que a pesar de mi vocación, de mi pasión política, el resultado, por causas ajenas a mi voluntad, fue decepcionante». No encajó, ni simpatizó, con el franquismo; y limitadas las posibilidades de construir una política autóctona valenciana, se entregó de lleno a las finanzas. Y es aquí donde descubrimos la otra gran faceta de Villalonga, esta vez con un éxito y un prestigio que le duraría hasta sus últimos días de vida.
Hace unos años escribí en ‘La Vanguardia’ un artículo titulado «Si don Ignasi levantara la cabeza». Fue al poco de confirmarse el desmoronamiento del sistema financiero valenciano: Bancaixa, la CAM y, especialmente, el Banco de Valencia. De seguro que Ignasi Villalonga hubiera lamentado no sólo la desaparición de nuestros bancos, sino la incapacidad de la clase política valenciana para gestionar las suficientes complicidades con las que mantenerlos; la ausencia de una auténtica burguesía financiera. Fue él quien convirtió el Banco de Valencia en un instrumento fundamental para el tejido productivo valenciano y en una referencia en el panorama financiero español. Impulsó las actividades, y sacó músculo, de la entidad valenciana, siempre en beneficio de los actores económicos y sociales del entorno. Y fue tal el prestigio que adquirió que posteriormente fue llamado a revitalizar el Banco Central; una entidad que Villalonga se encontró a un paso del abismo y que acabó convirtiendo en una de las más importantes de España.
Fue, finalmente, un hombre de principios, valencianista, conservador, amante de su tierra y de sus costumbres, austero, fiel amigo de sus amigos. Y que de vivir hoy seguramente estaría también muy decepcionado por la inexistencia de un partido conservador valencianista alejado del dirigismo español, y con voluntad de consolidar un proyecto político de identidad valenciana. Un espacio en el que se afianzara una sociedad civil autóctona fuerte, similar a las del País Vasco y Cataluña, capaz de defender con poder y determinación los intereses valencianos frente al centralismo impuesto por Madrid. Ese fue, al fin, el gran sueño de Ignasi Villalonga.
- Ignasi Villalonga Villalba (Valencia, 13 de julio de 1895 – Benicàssim, 4 de noviembre de 1973).
- Se doctora en Derecho en Deusto y trabaja en la Compañía de Ferrocarriles y Tranvías, empresa familiar.
- Tras integrarse en Joventut Valencianista, participa en la redacción de la Declaració Valencianista de 1918.
- Después de la Guerra Civil, reimpulsó el Banco de Valencia y dirigió el Banco Central (1943-70). Fundó empresas como Cepsa y Dragados y Construcciones y presidió el Consejo Superior de Cámaras de Comercio.