EL CREADOR DE PUMBY

CARMEN VELASCO

Llamo de parte de José Sanchis Grau para informar de que la Justicia ha dado la razón al dibujante». Era la voz de una mujer que en junio de 2007 cogió el teléfono y marcó el número de la redacción de LAS PROVINCIAS para comunicar que el Tribunal Supremo había reconocido los derechos sobre el dibujo y el personaje de Pumby a su autor. José Sanchis Grau estaba delicado de salud y no pudo transmitir personalmente su victoria judicial. En aquel entonces Sanchis Grau vivía en una residencia en Valencia, que seguramente estaría en las antípodas de Villa Rabitos, donde falleció en 2011.

No conocí personalmente al creador del gato feliz. Mi infancia no transcurrió por las viñetas del valenciano. Es la ausencia de nostalgia la que conduce a una aproximación a la figura de Sanchis Grau alejada de distorsiones melancólicas pero cargada de respeto profesional. Me topé puntualmente con sus creaciones de adulta y descubrí la relevancia de un ilustrador que, como la mayoría de los obreros de la viñeta durante la España que vivía en blanco y negro, experimentó un éxito agridulce. Sanchis logró un triunfo sin fisuras con sus historietas, que alcanzaron tiradas de más de 20.000 ejemplares, e insufló con ellas los sueños de miles de niños; batalló en los tribunales por recuperar los originales y los derechos de sus obras en manos de las editoriales (una contienda que afectó también a los dibujantes de la todopoderosa editorial Bruguera, algo que reflejó magistralmente Paco Roca en ‘El invierno del dibujante’) y, tras colgar los lápices, su aportación a la cultura popular quedó injustamente silenciada y aún permanece invisible (sin homenajes, sin museo y prácticamente olvidado por las instituciones culturales salvo por exposiciones puntuales).

Sanchis Grau, uno de los mejores historietistas a nivel nacional, es incontestablemente un referente del tebeo tanto por su éxito popular como por la admiración que le profesan los ilustradores de hoy. Fue autor de una de las historietas más imaginativas: ‘Pumby’, que apareció por primera vez en 1954 en la revista ‘Jaimito’. Después Editorial Valenciana le dedicó cabecera propia, desde abril de 1955 hasta noviembre de 1984, según el experto Antonio Busquets.

«Sanchis Grau vivió por y para Pumby. Las paredes de su casa estaban empapeladas con dibujos del gato», recuerda Busquets, autor del libro ‘Pumby. La fantasía infinita’ (1998) y amigo del dibujante. El felino comparte sus andanzas con su novia Blanquita y con el profesor Chivete, que no para de inventar artilugios fantásticos. El estilo de Sanchis insufla vida a sus criaturas de papel, acentúa la sensación de celebración constante y despliega la capacidad de maravillar con las situaciones más absurdas.

Editorial Valenciana, sello esencial en la historia de la viñeta en España y en la Comunitat, explotó el filón de Pumby. En 1959 sacó al mercado la publicación trimestral ‘Super Pumby’ donde aparece un nuevo gato que, sin abandonar su esencia, muta a superhéroe. Al ingerir zumo de naranja el gato se convierte en una versión de sí mismo en la que luce capa roja y un pijama azul en cuyo frontal se adivina un petardo. «Cítrico y traca, todo muy valenciano, como el mismo autor», apunta Pedro Porcel, experto en cómics y autor de ‘Superhéroes ibéricos’.

El éxito de Sanchis Grau, cuyo legado corresponde a sus dos hermanos Emilio y Benilde, contribuyó a hacer fuerte la industria editorial valenciana del tebeo. Desarrolló sus creaciones durante los años del siglo XX en que Valencia fue la hacedora de las aventuras con las que crecieron varias generaciones de niños gracias a sellos como Valenciana o Maga, que hoy no existen. Sin embargo, Pumby y otros personajes del historietista nunca mueren.

• José Sanchis Grau (Valencia, 19 de junio de 1932 – Valencia, 2 de agosto de 2011).
• Autor de personajes como el Soldadito Pepe, el Mago de Coz, Sandokancio y Robin Robot. Su creación más popular y de mayor éxito fue el gato Pumby.
• Figura relevante de Editorial Valenciana, donde trabajó hasta 1984, colaboró con el sello Bruguera, revistas humorísticas y participó en llibrets falleros.
• En 1996 logró el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona por su larga trayectoria en el mundo del tebeo.